La economía peruana ha sido golpeada estos últimos meses por la pandemia de Covid-19, esto nos exige entender qué pasará en el país, sobre todo con la pobreza.
Para entender mejor esto, es importante definir primero estos dos conceptos:
Pobreza extrema:
Aquellos hogares que no pueden adquirir la canasta básica de alimentos (CBA) por cada miembro.
Pobreza no extrema:
Aquellos hogares que no pueden adquirir una canasta de consumo, que incluye los gastos de alimentación, vivienda, salud, vestido y otros; pero sí una canasta de alimentos por cada miembro.
Algunos expertos estiman que este año, debido a la pandemia por COVID19, podemos alcanzar o superar la tasa de pobreza de los años 2009-2012.
El crecimiento económico del país jugó un papel importante en que la pobreza haya caído anualmente, en promedio, en 8.2% con respecto al año anterior. Para mayor detalle podemos ver este cuadro donde mostramos la evolución de la pobreza extrema y no extrema del 2004 al 2019.
Evolución de la pobreza y pobreza extrema
Donde podemos ver una caída sostenida de la pobreza en nuestro país de 38,1 puntos porcentuales entre los años 2004 y 2019. Es decir, en 2004, 6 de cada 10 peruanos estaban en situación de pobreza, pero desde 2019, solo 2 de cada 10 peruanos están en situación de pobreza.
2004
➡
2019
Pero ¿solo el crecimiento económico fue determinante para esta reducción en la pobreza?
La economía peruana ha experimentado tasas de crecimiento anual promedio de 6.4% entre los años 2004 y 2013. Posterior a esto, entre los años 2014 y 2019, el PBI creció, en promedio, a una tasa de 3.1% anualmente. Es así como otros factores empiezan a cobrar importancia en la reducción de la pobreza, como las transferencias de dinero y bienes que entrega el gobierno a los hogares más vulnerables.
Sin ellas la pobreza monetaria hubiera llegado a 23,5% de la población en el 2017, pero gracias a la expansión de programas sociales como Juntos y Pensión 65, obtuvimos la reducción a 21,7%. El 8.7% de hogares tenía Juntos en 2012, mientras que el 13.2% lo hacía en 2019. La incidencia es mucho mayor en zonas rurales, donde el 41.7% de hogares tiene Juntos en 2019. Similar en Pensión 65, pasó de 0.9% de incidencia en 2012 a 5.0% en 2019. En zonas rurales, el 13.2% de los hogares reciben Pensión 65 en 2019.
Hogares beneficiarios de Juntos y Pensión 65
En conclusión, es necesario prestar atención a la evolución de la pobreza con el fin de entender qué factores explican su reducción, y si es que existe algo que el Estado pueda hacer para propiciarla. Revisar esta historia permitiría calcular el impacto de una serie de medidas sobre los niveles de pobreza a futuro y, de ser necesario, priorizar aquellas medidas que se muestren ser más efectivas al respecto.
Autores: Nicolás Domínguez Mel – Martín Navarro Navarro